Dos poemas de Guillermo Rebollo Gil
afirmaciones
Creo en mí.
Creo haber visto a Benicio Del Toro
de espaldas en Plaza. Creo que no hay película
que Benicio haya hecho que yo
no haya visto.
Creo que, en ese sentido, Benicio y yo estamos más que bien
compenetrados. Creo que aun así
cada uno es su propia persona siendo
la persona de Benicio infinitamente más famosa e influyente que
la mía.
Pobrecita mi persona.
Hoy cuando creí ver a Benicio en el mall
resultó que era otro hombre. Creo que todos
los hombres somos, en cierta forma,
el mismo hombre.
Todos tenemos espalda y nos desplazamos
a través del espacio público.
Y otros hombres se fijan en nosotros
y nos llaman por otros nombres.
Yo tengo como costumbre pedir que me llamen
nombres muy sucios porque me place. O no me place.
Pero con tal de que alguien me llame, estoy dispuesto a actuar
tan desquiciado
como lo hace Benicio en muchas de sus películas,
solo que yo lo hago en privado.
En privado un hombre puede hacer lo que quiera.
Hoy hice sopa y me la bebí.
Luego hice más sopa y la eché completita
por el fregadero.
¿Qué más les puedo platicar sobre mí?
A mí me parió mi madre.
A Benicio también.
Sin duda fueron dos mujeres
muy singulares,
las pobres.
manifestar
Con mi hoodie de Los Ingobernables de Japón y mis Jordan
preparadas
en los colores de Ogún y mi tote
de Bolaño y mis medias de macho man
Randy Savage
NADA MALO ME PASARÁ
excepto que el día está soleado y hay mucho
verde alrededor y despacio
comienzo a comprender que todo lo malo
está en mi interior.
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