«Hay un poema de la poeta argentina Marie Gouric en el que una maestra regresa a su casa muy quemada por el trabajo. La maestra destapa una cerveza, llama a una amiga y reflexiona sobre las cosas que no puede cambiar de la escuela. No puede adoptar a les chiques. No puede invitarlos a pasear. Ni darles regalos para cada cumpleaños. No puede ayudarlos como ella quisiera, como ellos se merecen».
Por Jeymer Gamboa