Una sola vez probé crack. En Nicaragua, a inicios de este milenio, con los pies descalzos metidos hasta la pantorrilla en el lago Cocibolca.
Por Luis Chaves
Todo en Un país de la mente
Una sola vez probé crack. En Nicaragua, a inicios de este milenio, con los pies descalzos metidos hasta la pantorrilla en el lago Cocibolca.
Por Luis Chaves
«Me encanta ese atributo arcano de la literatura, uno está ocupado en cosas pequeñas, triviales, y aparece desde el fondo y llama con un gesto de mano y cabeza como diciendo, aquí estoy, aquello que leíste hace años no se fue nunca, mirá cómo respira, palpita y crece»
Por Luis Chaves
La semana pasada, por el cumpleaños de Paula, amiga desde hace 25 años (bodas de plata de amistad) fui a un restaurante en el Barrio Chino en el centro de Chepe, antiguo Paseo de los Estudiantes para más señas. Un restaurante de paredes emblemáticas del horror vacui.
Por Luis Chaves
Las bengalas de fin de año, una caminata por barrio Luján y la trampa del marketing en este nuevo texto de Luis Chaves.
Por Luis Chaves
«Dormí como un recién nacido, es decir, sin palabras, sin ideas, sin significados ni significantes, sin enunciado ni enunciación, sin expectativas ni símbolos, sin secretos ni rencor, sin remordimientos, sin calendario, sin alarma. Sin saber que dormía. Dormí como solo pueden los recién nacidos y los muertos»
Por Luis Chaves
«Para ir cerrando: escribo porque es gratis. Y si hoy el mandato planetario es que todo responda a un fin útil, milito en escribir sin propósito alguno»
Por Luis Chaves
¿Qué hace un agnóstico en una iglesia un día entre semana?
Por Luis Chaves
Una noche de insomnio, un hombre que no duerme piensa en los mortales que sí lo hacen: las mujeres de la casa, que tal vez duermen el sueño de los justos; en Faulkner, que duerme el sueño eterno hace décadas; en Déborah Dixon y Miriam Jarquín, que se durmieron en los laureles de la memoria.
Por Luis Chaves
En esta columna, el poeta Luis Chaves nos entrega una personalísima teoría de la traducción que es, a su vez, con o sin testigos, una teoría de la memoria de los afectos.
Por Luis Chaves
Ya lo ha dicho Luis Chaves en más de una ocasión: lo bueno del mar es cuando nadie se ahoga.
Por Luis Chaves
Aldo se despierta. No de golpe, progresivamente. Se puede decir que emerge del sueño, como si el sueño fuera un lugar submarino y la vigilia la superficie.
Por Luis Chaves
La imagino, entre pastillas, en un mínimo momento de cable a tierra, pidiendo que compren el cuarto de pinta de helado de vainilla.
Por Luis Chaves
Pienso que todos buscamos ese pasto que crece entre los adoquines, eso que está debajo, detrás, más allá de las paredes. Buscamos las casas invisibles.
Por Luis Chaves
Cada cierto tiempo, para atemperar el piloto automático de la culpa y la autoflagelación, repito aquella frase atribuida al doctor en medicina Antón Pávlovich Chéjov: «Cualquier idiota puede superar una crisis, es la vida cotidiana la que te consume».
Por Luis Chaves