«En la orilla del lago, una garza gris y otra rosada se recogían como tímidos signos de interrogación». Acá está “Una granada de mano”, un cuento de Fabián Coto.
Por Fabián Coto Chaves
Todo en Anzuelo
«En la orilla del lago, una garza gris y otra rosada se recogían como tímidos signos de interrogación». Acá está “Una granada de mano”, un cuento de Fabián Coto.
Por Fabián Coto Chaves
Les presentamos “Goma loca”, un breve relato de Etgar Keret traducido por Diego Van der Laat.
Por Etgar Keret
Les presentamos “Konrad T.”, un cuento de unos de los maestros contemporáneos del relato corto: el noruego Kjell Askildsen. El cuento forma parte de su nuevo libro titulado El precio de la amistad, editado por Nórdica Libros.
Por Kjell Askildsen
Recuerdo que le mandé el emoticón del pato y luego de eso se fue, sin más. Me bloqueó.
Por Eunice Báez Sánchez
Les presentamos un fragmento del libro Linea nigra, una recopilación de imágenes, citas y referencias de mujeres que han trabajado el embarazo, el parto y la lactancia desde el arte y la literatura: una colección de voces y visiones femeninas que pasaron por el mismo desorbitante proceso corporal y decidieron representarlo de distintas formas.
Por Jazmina Barrera
Así que permitidme que ahora aparque la atención en el idioma desde el que escribo. Que me detenga en esos cuantos libros de América Latina y España que tanto nos costó desempolvar.
Por Luna Miguel
En el país del que yo vengo, la buena madre amamanta, tiene entre quince y veinte años, es soltera o está casada con un irresponsable, llamaba bendición a su hijo, no tiene profesión y si la tiene su familia y allegados se encargan de recordarle que la prioridad es estar en casa y, por lo tanto, es donde se queda.
Por Fabiola Morales Franco
En verdad, la cuestión es siempre como seguir un relato y, dado el carácter provisorio de toda narración, muchas veces a un relato se le responde con otro relato -que no lo anula pero lo contradice o lo complementa- y esa red de narraciones que se contraponen es una de las líneas centrales de la historia de la cultura.
Por Ricardo Piglia
Ese territorio reacio a cualquier manía definitoria y explicativa que Marosa di Giorgio bautizó como la edad del bosque: una especie de tierra incógnita en donde existe un nosotros potenciado, sensible hasta la exasperación, levitante y abierto de una manera obscena, voraz, a todas las cosas.
Por Byron Salas
En el estanque el perfume es todavía más intenso, y los árboles están en su mejor momento: las hojas ya brotaron por completo pero todavía son tenues y frágiles (como mis nietas). Es lindo estar vivo.
Por Al Alvarez
Me gusta venir a la playa. Como está a varias horas de la ciudad siempre me quedo dormida en el camino. Mamá dice que el movimiento del auto me arrulla; yo no sé a qué se refiere con eso, pero apenas entramos a carretera siento el calor dentro del auto y lo acolchado del asiento, todo lo de afuera deja de interesarme, cierro los ojos y me oculto bien dentro de mí.
Por Olivia Teroba
Habitantes de la nada, en el limbo que dividía el paisaje de la ruina y el de la abundancia, eran vistos casi como fantasmas por la gente de los poblados cercanos.
Por Byron Salas
La mujer estaba sentada en la tienda vacía. Atardecía y pronto caería la noche. Vio una mosca en la ventana; era una época temprana del año para las moscas. Aquella voló en triángulos sesgados hasta posarse en El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald para calentarse al débil sol de finales de invierno.
Por Ali Smith
Fue a ver al gordo Carboni que, se sabía, guardaba mercadería sospechosa. Cerca de las quintas, en un galpón repleto de pedazos de autos y de electrodomésticos usados, le vendieron por la mitad de su sueldo un televisor con el tubo flojo y un conversor de canales.
Por Pedro Mairal
Byron Salas analiza el lugar que ocupan los libros del escritor nacional Alexánder Obando, autor que transita géneros como el terror, la ciencia ficción y la fantasía. Obando es autor de novelas como El más violento paraíso y la colección de cuentos Teoría del caos.
Por Byron Salas
Era la costumbre de los miércoles en la tarde. Mientras mi mamá tomaba café con la mamá de la Romi o la Lauri, nosotras podíamos dar unas vueltas. Por lo general nos pasaban algo de plata, nunca mucha, pero alcanzaba para comprarse unos esmaltes de uñas, unos aros. Tal vez un helado.
Por María José Navia
No sabemos cómo ocurrió, pero en este texto se intercala una película de Eric Rohmer con la transformación del cantón de Aserrí.
Por Marvin Coto
Era una ocasión misteriosa y alegre, como si a todos los ciudadanos les hubieran repartido su dosis estacional de tiempo y hubieran descubierto que tenían mucho, de sobra, mucho más tiempo del que nunca hubieran imaginado.
Por Maeve Brennan
Es una anécdota un poco amarga, pero mi papá la cuenta riéndose un poco. En realidad se ríe bastante cuando la cuenta. Se deja llevar por el deseo de contar. Eso me gusta.
Por Jeymer Gamboa
Como un niño espera la llegada del verano, así podíamos contemplar con tranquila alegría el círculo de las estaciones que eternamente y sin falta se cierra.
Por Henry David Thoreau